Según datos de la última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el grupo de 18 a 24 años representa el 32.8 % de la población desocupada. Su tránsito del sistema educativo al mundo laboral está marcado por la falta de oportunidades formales, sobre todo en carreras tradicionales, lo que los obliga a ingresar a la economía informal o a la inactividad.
En México, el panorama laboral para las nuevas generaciones —principalmente millennials y centennials— se encuentra en una etapa de transición marcada por cambios tecnológicos, sociales y económicos. Las expectativas de los jóvenes se alejan cada vez más de los modelos laborales tradicionales y se orientan hacia un trabajo que no solo ofrezca estabilidad económica, sino también propósito, flexibilidad y crecimiento personal.
La automatización y la inteligencia artificial están redefiniendo las habilidades que demanda el mercado. Puestos administrativos, de manufactura e incluso ciertos servicios se verán reemplazados o modificados por tecnologías inteligentes. Sin embargo, esto abre oportunidades para el desarrollo de perfiles especializados en ciencia de datos, ciberseguridad, programación, diseño digital, energías limpias y reciclaje (economía circular).
La pandemia aceleró la aceptación del teletrabajo en México. Hoy, muchas empresas ofrecen esquemas híbridos, lo que responde al deseo de las nuevas generaciones de tener mayor control sobre su tiempo y ubicación laboral. Esto también amplía las posibilidades de emplearse en empresas internacionales sin salir del país.
El emprendimiento digital, apoyado en redes sociales, plataformas de e-commerce y servicios freelance, se ha convertido en una vía atractiva para jóvenes que buscan independencia económica. El bajo costo de entrada a ciertos mercados digitales permite que una buena idea pueda escalar rápidamente.
Por otra parte, las nuevas generaciones priorizan el equilibrio entre vida personal y laboral, así como el compromiso social y ambiental de las empresas. Negocios que no adopten prácticas responsables y entornos inclusivos perderán atractivo para captar talento joven.
El futuro laboral dependerá más de la capacidad de adaptarse que de un solo título universitario. Microcredenciales, cursos especializados en línea y certificaciones internacionales tendrán un peso cada vez mayor frente a carreras largas y rígidas.
Las nuevas generaciones en México, así como tener mejores garantías de fuentes de empleo estará definido por la capacidad de las nuevas generaciones en adaptarse a la tecnología, de aprender de forma continua y de encontrar un balance entre ingresos y propósito. Los jóvenes y las empresas que entiendan estas prioridades y los gobiernos que impulsen políticas de conectividad, educación y empleo formal podrán transformar estos retos en una ventaja competitiva para el país.
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